3/3/25
Días intensos. He estado de curso de retiro, he redescubierto el amor que Dios me tiene y vuelvo contenta y feliz. Me suele durar unos días, después mi ser como soy se impone y vuelvo a la normalidad. Llevo un par de años coincidiendo con mi amiga Sandra, persona buenísima y charlatana, a la que debería evitar los días retiro; pero no lo hago porque me río y me edifica mucho su compañía y su conversación.
Por la mañana he ido a rehabilitación, Misa, rezos varios y vuelta a casa a comer.
Siesta breve y marido y yo al cirujano.—marido de acompañante, que lo hace muy bien— El doctor tras quitarme un quiste de un costado y ponerme 8 puntos, me ha citado para dentro de 10 días y ya nos hemos ido a casa.
Mi hijo pequeño ha hecho la cena pronto para que me pueda acostar y descansar porque con el paso de las horas, me empieza a doler y me doy cuenta de que si muevo el brazo, cosa que hago constantemente, me duele más. El caso, que estoy un poco "triplejica" y no sé cómo voy a apañarme mañana. Dios proveerá...
------------------
Y un rato después Dios ha provisto. Mi hijo mayor se queda en casa mañana porque los de su clase van a esquiar y él no va. Se queda y me ayuda. No me merezco esta familia, ya os lo digo.
Ni los detalles de amor de Dios.
Y ya puestos, os recomiendo dos libros: "Una familia de bandidos en 1793" y "La adoración eucaristíca, puerta al cielo" Aviso de que los dos enganchan. El último más que el primero.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home