28 mayo 2009

Indignación


Estoy indignada, harta de oir sandeces en la TV, y encima da la impresión de que la gente traga sin inmutarse, y de que los que nos gobiernan nos tratan por idiotas. LLevo días leyendo atentamente las tonterías que dice la Ministra de Igualdad. Si el tema no fuera tan serio, sería para reirse a carcajdas, pero están en juego cerca de 200.000 vidas. Por otro lado, la Ministra de Sanidad dice perlas como: "el aborto es un derecho y será gratuito para que se pueda ejercer" (esto dicho el 25.05.09) , "el aborto está socialmente superado", dicho en los medios el 5.04.09, y " el derecho de la madre a abortar está por encima del derecho de los médicos a objetar". No existe el derecho a matar, nunca se puede ni se debe matar a nadie, sea tu hijo, tu padre o el vecino del quinto. La madre no tiene derecho a abortar, ni la primera semana ni la semana 20 del embarazo, pero su hijo, sí tiene derecho a vivir. Y estoy harta de oir lo contrario. Y harta de que a los españoles, a las madres y a los médicos nos amenacen continuamente. Nunca dejaré de ser madre ni de ser española, pero sí puedo dejar de ser médico y me quedaré tan tranquila el día que cuelgue la bata para siempre por no matar a un niño.

El otro día, una amiga me dijo, están haciendo que tomemos posiciones, que nos mojemos, que nos decantemos por un lado o por otro. Yo no necesito decantarme ni hacer declaración de lo que soy, siempre he sido lo mismo, siempre he estado a favor de la vida, de cualquier vida, incluso de las que me dicen los ministros que no merecen la pena ser vividas. Pero hoy parece que hay que decirlo para que sepan los que nos gobiernan que somos muchos los que no estamos de acuerdo con sus leyes.

Tampoco estoy de acuerdo con la PDD, ni con que las niñas de 16 puedan abortar y menos sin que lo sepan sus padres, ni con el control de los juegos en el patio de las escuelas (resulta que el que las niñas jueguen a la comba es sexista y es intolerable); ni con el matrimonio gay, ni con la eutanasia, ni con el divorcio, ni con todo aquello que ataca a lo más íntimo de la persona. No soy ingenua, sé que todo esto existe, y que la gente va a hacer lo que le de la gana que para eso somos libres, pero yo no estoy de acuerdo. (con lo anterior, ¿eh?, con que la gente sea libre sí)

El trabajo

Empecé el 20 de Abril, y la verdad que la conciliación familiar-laboral es bastante complicada. Mi horario habitual es: 6.30 Miguel toca diana, quiere comer, doy el biberón, lo cambio, dos carantoñas, y toca levantarse, desayunar, orientar la comida de ese día, hacer bocadillos para media mañana ( es más barato y más sano que comprar algo en un bar) y a la ducha. A las 8.15 me viene a buscar el taxi, la verdad es que funcionan muy bien, me deja en la puerta del trabajo y sin tener el nervio de ir a coger un bus urbano, que a veces con la silla de ruedas es complicado. A las 14.30 me vienen a recoger al trabajo, y después de una mañana muy tranquila, con muy poco trabajo, llego a casa a preparar comida, dar meriendas y comer nosotros. Si la tarde acompaña solemos ir a pasear con Miguel o a hacer algún recado, o bien me acompañan a rehabilitación, llego a las 20.30 a casa, baños, cenas y a dormir!! No da tiempo a casi nada, tengo una lista interminable de cosas que hacer que cada día pasan al día siguiente y al otro, y al otro...Pero estoy contenta, tengo una buena vida y una buena familia. Ahora sólo queda cuidarla!